La Comunicación es un proceso vital e
inherente a la condición humana. En nuestra condición de seres sociales, las personas
necesitamos comunicarnos para
transmitir información e intercambiar o compartir ideas, lo que
enriquece la experiencia humana y desarrolla nuestras potencialidades.
La comunicación ha sido profundamente estudiada desde las ciencias
sociales y sobre todo desde la lingüística, y es claro que se trata de un proceso complejo que involucra la figura de
un emisor que transmite un mensaje a un receptor, por un canal dado, en un
contexto dado, empleando un código preestablecido, que obviamente debe
ser conocido por el emisor y el receptor.
La comunicación se trata de un proceso dinámico de ida y vuelta y que
involucra diversas competencias y constituye un instrumento social
importantísimo de cambio. Ella
hace posible influir en las ideas y los sentimientos de los demás. A quienes
pueden comunicarse con soltura les resulta mucho más fácil desenvolverse en
todos los órdenes de la vida. Parte de la importancia que tiene la comunicación
como proceso es estrechar los lazos afectivos con los que nos rodean, estar
atentos a detectar y entender lo que les preocupa o les genera inquietud.
La comunicación es indispensable
para procurar y mantener las buenas relaciones en todos los ámbitos de nuestra
vida, particularmente en la familia, el trabajo y con las personas más cercanas
a nosotros. Aun así enfrentamos desacuerdos y discusiones sin sentido,
provocando una ruptura en las relaciones con los demás. La buena comunicación, el entender
y hacerse comprender, es un arte que facilita la convivencia y la armonía en
cualquier lugar y en todo momento.
Es necesario decir que con facilidad podemos perder de vista que la comunicación entra en el campo de los valores. Precisamente cuando hay problemas de comunicación en el trabajo, con la pareja, con los hijos o con los amigos se comienza a apreciar que una buena comunicación puede hacer la diferencia entre una vida feliz o una vida llena de problemas. El valor de la comunicación nos ayuda a intercambiar de forma efectiva pensamientos, ideas y sentimientos con las personas que nos rodean, en un ambiente de cordialidad y buscando el enriquecimiento personal de ambas partes. Sin embargo, no todas las personas con una magnífica y agradable conversación poseen la capacidad de comunicarse eficazmente, en muchos de los casos transmiten anécdotas y conocimientos producto de la experiencia, la información y las vivencias que han tenido, pero con el defecto de no dar la oportunidad a que otros se expresen y compartan sus puntos de vista. En si, esto no es malo, pero se debe tener cuidado de no caer en excesos.
Es necesario decir que con facilidad podemos perder de vista que la comunicación entra en el campo de los valores. Precisamente cuando hay problemas de comunicación en el trabajo, con la pareja, con los hijos o con los amigos se comienza a apreciar que una buena comunicación puede hacer la diferencia entre una vida feliz o una vida llena de problemas. El valor de la comunicación nos ayuda a intercambiar de forma efectiva pensamientos, ideas y sentimientos con las personas que nos rodean, en un ambiente de cordialidad y buscando el enriquecimiento personal de ambas partes. Sin embargo, no todas las personas con una magnífica y agradable conversación poseen la capacidad de comunicarse eficazmente, en muchos de los casos transmiten anécdotas y conocimientos producto de la experiencia, la información y las vivencias que han tenido, pero con el defecto de no dar la oportunidad a que otros se expresen y compartan sus puntos de vista. En si, esto no es malo, pero se debe tener cuidado de no caer en excesos.
Queda claro que comunicar no significa decir, expresar o emitir mensajes, ya que para eso están los medios de información, por el contrario, al entablar un
diálogo con los demás, tenemos la oportunidad de conocer su carácter y manera
de pensar, sus preferencias y necesidades, aprendemos de su experiencia,
compartimos gustos y aficiones... en otras palabras: conocemos a las personas y
desarrollamos nuestra capacidad de comprensión. Sólo así estaremos en
condiciones de servir al enriquecimiento personal de quienes nos rodean.
La
comunicación en la Familia
Actualmente prevalece la importancia de la comunicación entre padres e
hijos. Es fundamental hablar con los hijos y sobre todo escucharlos, para hacer
de ellos adultos seguros y desenvueltos, aptos para vivir en un mundo cada vez
más exigente. Para eso es preciso generar espacios de comunicación, dedicar
tiempo a estar con la familia, acercarse al otro. El alcoholismo o el consumo
de drogas es, a menudo, la consecuencia del desamparo emocional, que es uno de
los costados más tristes de la falta de comunicación. La comunicación es muy
importante también en las relaciones de pareja:
la palabra es un instrumento esencial en la creación de un proyecto de vida en
común, y solo a través de la comunicación se puede llegar a reforzar la empatía
con la pareja.
La comunicación en el trabajo
La comunicación en el ámbito de las organizaciones es muy importante. No es posible llevar adelante el trabajo en equipo sin una fluida
comunicación. Y no se trata solo de evitar los malentendidos, sino de maximizar
las potencialidades y lograr una organización fuerte y sólida. Gran parte de los problemas, dentro de las organizaciones, se vinculan
con incompetencias a la hora de expresarnos y de relacionarnos unos con otros.
Un aspecto muy importante para conseguir una comunicación eficaz es el saber
escuchar. Para lograr una comunicación efectiva dentro una organización, es
preciso contar con un buen sistema de comunicación y con una persona idónea
para hacerlo efectivo. En algunas organizaciones no se le da suficiente importancia
a esto, y es así como muchas veces surgen problemas que podrían haberse
evitado.
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